jueves, 7 de mayo de 2009

lunes, 27 de abril de 2009

INFORMACION DE ULTIMA HORA

Damas y Caballeros: SOY INGENIERO.

sábado, 25 de abril de 2009

PRESENTO PROYECTO

Como muchos sabéis y otros sospechais, no estaba en Roma solo para pegarme la fiesta (que también) asi que si el tiempo lo permite, y al profesor le apetece (hoy fiesta nacional, mañana domingo y todavia nadie me ha dicho donde presento...) mañana a estas alturas tendré la carrera terminada virtualmente.

Como muchos de vosotros no podreis asistir a tan magnífico evento, he decidido compartir con vosotros el borrardor de la presentacion.

Espero que os guste:

1 portada
2copia de su segunda

resumen de lo que voy a explicar(la intro)
introducir los tipos de Correccino de errores y explicar pq el mio mola mas

resumen del trabajo desarollado por roxas
AVC
data hiding en que consiste
embedding
como se hace la marca
transformada y zonas (voy a flipar)
eleccion de la zona
SCS (voy a flipar)
deteccion
volver a decir q es blind

Nuevo codigo
enrollarse diciendo que el matlab es maravilloso y sueño con el habitualmente.
hablar de lo brillante que soy, al concebir un método tan enrevesado y la vez tan facil
de comprender

Explicar el codigo, aqui un diagrama de flujo sería delicioso.

Tests done: aqui decir en que consiste joder (el algoritmo, no lo otro) y como salí airoso de la
incompetencia italiana.
Enseñar algunas grafiquitas y comentar si eso que es el jodido PSNR.

No pueden faltar las fotitos de Akiyo (al final se me va de las manos).

En conclusiones, pues eso, la mierda que escribí y agradecer a elena, giulio y federica lo majetes
que son. Al profesor hacerle un calvo en cuanto me firme el libro del estudiante...

lunes, 13 de abril de 2009

CARPE DIEM

Hoy he sentido el final más cerca. Tres veces. Primero, al ver fotos con gente a la que sigo conociendo. Siempre hay gente nueva. Luego, mientas escribía el proyecto y pensaba en los agradecimientos, en como agradecer tantas experiencias, nuevas y no tan nuevas sensaciones, tantos momentos compartidos. Y por último, hace escasos segundos, al abrir las puertas de mi balcón y ver como la primavera sigue jugando a su antojo con el tiempo, intercalando días nublados con soleados, salpicando nuestras ansias de sol con algún día oscuro de esos que tantos me gustan. He decidido escribir hoy, pero esta vez para todos. Necesitaba gritarle al mundo el deseo que formulé para mi mismo. Hoy deseé con todas mis fuerzas que esos días oscuros y lluviosos del largo invierno que ha sufrido Roma regresaran. Esos días que tanto maldijimos, esos días que con tantas ganas esperamos que desaparecieran y que tan poco nos gustaban. Pero de lo que no nos dimos cuenta, fue de que mientras esos días nos encerraban en casa, y nos aislaban de gente que muy seguramente no volvamos a ver, pasaban. Se escapaban. Y con ellos, momentos irrepetibles y no natos. Pensábamos, todavía queda mucho Erasmus, estamos en febrero. Acabamos de volver de casa, hasta verano…

Pues bien, el verano ya está a la vuelta de la esquina, ya se desempolvan bañadores y se piensa en playa y piscina… pero este arma de doble filo desvela su terrible naturaleza en días como hoy: El fin se acerca. Para todos, y todo lo vivido. Y eso no mola.

Desde aquí, mi habitación de roma, desde un día nublado, desde la inquietud del fin que como Smith dijo, es inevitable, os animo a todos, Erasmus, no Erasmus, lectores, no lectores, amigos, conocidos… a no dejar pasar ni un solo momento vacío e insignificante…

Como se dice aquí: PRENDE L´ATTIMO.

lunes, 6 de abril de 2009

There´s no place like home (part two)

Una vez en el barco, nos acantonamos en unos sofás con maravillosas vistas al océano y esperamos a que Lapidus, nos informara del precio de los camarotes. En el puerto nos habían comentado que era más barato cogerlos en el barco así que, demostrando una vez más nuestra “astucia”, confiamos en poder coger una habitación doble para los cuatro. Los cojones. El tal Lapidus había sido cocinero antes que fraile y se olió la pirula así que nos quedamos compuestos y sin camarote.

Nos repartimos las guardias, y nos dispusimos a pasar una agradable velada entre ronquidos sobrehumanos, un hombrezuelo sin cascos para el móvil (pero si con cargador el muy hijoputa) y una señora que se partía la caja de los picheos y comentarios varios de estos peculiares pasajeros. Alguno pensó incluso en añadir a este caos de sonidos uno un poco más interesante, pero la opción fue rápidamente desechada.

El viaje de vuelta fue mucho más tranquilo, y pese a malentendidos entre lo que estaba bien o mal (a mi si me dicen this is very good, entiendo o que es mi madre o que lo que estoy haciendo está bien), llegamos enteros a tierra.

Según nos bajamos del barco, fuimos a desayunar a un Mc Donalds, donde descubrimos que las costumbres de los jóvenes de Bari son pasar las mañanas en el Burguer maquillándose. Hicimos tiempo e incluso jugamos a las cartas creo recordar y nos dividimos para salir a dar una vuelta cuando salió el sol. Más tarde, comimos en una pizzería y nos fuimos al aeropuerto donde, tras reorganizar las maletas para tener los menos bultos posibles (alguno se quedó con ganas de que le facturaran la maleta…) cada uno se despidió a su manera de esta caótica aventura.

Sirvan estas líneas para resumir brevemente la aventura y para despertar en vosotros la curiosidad que de seguro será saciada… así que hale hale, a comentad por aquí y a invitarnos a cafés!!! XDXD

PD: espero que después de semana santa haya nuevo material para subir, pero no quiero adelantar nada, que seguro que hay gente que todavia está esperando el video de Florencia: la noche...

viernes, 3 de abril de 2009

There´s no place like home (part one)

A la vuelta, la otra parte de la expedición estaba refugiada en la tienda mientras unos perros daban buena cuenta de los restos de comida… muy divertido todo. Tras charlar animadamente en la casetilla, vencidos por el frio decidimos continuar la amena mañana en la tienda. Pocas manos de escoba después, empezó a llover… así que nada, nos pusimos a mirar al techo y nos quedamos dormidos.

Cuando despertamos el sol casi quemaba y algunos aprovecharon para coger solecito, pero no duró mucho, recogimos enseguida, haciendo caso a las predicciones del líder del grupo, que auguraban lluvia inminentemente y nos dirigimos hacia el pueblo para coger un taxi.

Una vez llegamos al pueblo, mientras caminábamos hacia el puerto, la lluvia nos volvió a coger desprevenidos y no nos quedó otro remedio que meternos en una especie de kebab (el nombre era otro, pero no me acuerdo). Era un sitio acogedor, pollos asados daban vueltas junto a cabezas de cordero y un rollo de carne presidia el mostrador. Animados por el bajo precio de las pitas (los kebab de allí) nos pedimos 3 y dos pollos, que resultaron ser un poco más pequeños de los que vimos en la granja, fíjate si eran pequeños que no tenían ni muslos, eran un cuello con media pechuga y un alita… extraños pollos los pollos griegos…

Tras comer y recoger los bártulos de nuevo, pusimos rumbo al puerto y esperamos allí, tras asearnos un poquito (llevábamos sin ducharnos desde la ida en el barco) a que cayera la noche. La espera se hizo más amena comprando recuerditos y escribiendo alguna que otra postal, y finalmente una hora antes de la partida conseguimos embarcar con la esperanza de pillar camarote.

miércoles, 1 de abril de 2009

1 x 03: Igoumenitsa

A la mañana siguiente, los exploradores tomaron la iniciativa en la exploración del territorio, en busca de un nuevo sitio para acampar. Tras atravesar rutas intransitables por la playa y adentrarse un poco en tierra firme, comenzaron los encuentros con las especies locales (mangueras-culebra, ranas de mar, cangrejos y cabras muertas en las cunetas). Estos encuentros propiciaron la recogida del campamento base y la huida hacia tierras más lejanas y seguras. Pero primero teníamos que recuperar parte del equipaje que estaba en el puerto. Recogimos la tienda, hicimos el equipaje y recorrimos de nuevo el camino al puerto, pero esta vez, de día. Por el camino nos encontramos con un pequeño trocito de España, con forma de camión. Más tarde, conoceríamos al dueño del camión.

Una vez reorganizados para partir con el menor equipaje posible, de nuevo chascazo, la gente de consigna no trabajaban el miércoles en todo el día, que era cuando regresábamos a Bari. Así que de nuevo a cargar con todas las maletas al otro lado de la costa. Nos aprovisionamos y tras conversar con nuestro amigo Ángel (el camionero de Navarra que también estaba enbarcado en un viaje un poco accidentado) decidimos llamar a un taxi para que nos llevara a nosotros, nuestras maletas y nuestra comida hacia el próximo destino. Una playa que el líder había divisado desde el puerto y sería nuestra siguiente zona de acampada.

Tras un milagroso entendimiento con gestos y sonidos guturales (ni nosotros sabíamos griego, ni el taxista español, italiano ni inglés, idiomas que manejamos a la perfección XD) llegamos a unas afueras bastante parecidas a las barranquillas (para quién no conozca esta maravillosa zona de Madrid es un poblado chabolista, mercado de droga). Tras dejar atrás un cementerio, una granja con gallos de un metro de alto (literal) y volver a hacer uso de gestos divertidísimos para hacer entender a una anciana lugareña nuestras intenciones(la cuál obviamente no hablaba inglés), llegamos a nuestro destino.

De nuevo se organizó una nueva incursión para tantear el terreno al que habíamos llegado, y tras descartar un picadero (pese a las bonitas vistas que tenía) y caminar mucho por cunetas repletas de ropa (de esto hay explicación que será novelada en su momento), decidimos asentarnos en una especie de paseo marítimo al lado de una casetilla. Ante la mirada atónita de los ciclistas, corredores y paseantes, hicimos la barbacoa más antihigiénica que se ha visto en la vida, sin consecuencias apreciables, a parte de las extrañas manchas verdes que nos han salido a algunos y la misteriosa pérdida de cordura de algunos de los miembros.

Tras comer como señores (vaya chuletones, igualitos que los de Roma) montamos la tienda y nos dispusimos a pasar la última noche en Igoumenitsa. Mención especial merece la estampida de hostiles de la que fuimos testigos, pero eso se deja para anécdota cuando nos veamos.

La noche transcurrió sin incidentes, solo quizá las extrañas conversaciones que tuvieron dos miembros de la expedición, muy probablemente provocadas por las condiciones de la barbacoa. A la mañana siguiente, muy temprano, y con el cielo encapotado, otorgando al día una oscura y decadente atmósfera, un servidor aprovechó para dar un paseo en muy buena compañía y para hacer unas fotos bastante coquetas.

lunes, 30 de marzo de 2009

1x02: Live together, die alone

Una vez en el pueblo, lo primero que teníamos que hacer era averiguar dónde estábamos y que íbamos a hacer. Desafortunadamente, Googlemaps nos dijo que no íbamos a hacer otra cosa que vagar por ese pueblo ya que no había nada (literalmente) alrededor. Tras hacer una compra en el supermercado más caro de Grecia, el cual estaba justo enfrente de un Dia (esto no lo averiguaríamos hasta el día siguiente) nos propusimos comenzar la búsqueda de un asentamiento para hacer la carne que habíamos comprado y pasar la noche en nuestra nueva tienda de campaña.

Recorrimos una carretera por el arcén, buscando un sitio alejado (acampar está prohibido en Grecia) y cuando por fin encontramos un desvío que parecía prometedor, no dudamos en tomarlo. Pero el líder de la expedición, decidió que debíamos separarnos para hacer una pequeña avanzadilla. En esta incursión en territorio desconocido, vimos pastores, perros salvajes y ovejas delatoras (eran ovejas con detector de presencia, emitían un curioso sonido cuando te veían). Y al fin encontramos un sitio bastante bueno, resguardado de miradas curiosas y bastante plano para poner la tienda. Lo único malo era que los utensilios agrícolas de la cabaña que estaba al lado estaban bastante limpios… pero confiamos en nuestra suerte.

Al volver al punto de reunión, la expedición de nuevo se escindió en dos (terribles augurios traía esta dicotomía) y quedaron de nuevo los dos habitantes de mi camarote, solos frente al peligro. En pocos minutos, habitantes nativos comenzaron a rondar las proximidades y debido quizá a que no exhibían muchas pintas de estudiantes o a lo apetitoso que pueden resultar dos personas y cinco maletas con pinta de niños de ciudad en medio de un campo, un servidor reclamó la presencia del resto de la expedición. Esta llegó segundos (de nuevo, literalmente) antes de sufrir una emboscada por parte de los nativos (hostiles desde luego desde mi punto de vista).

Tras desandar el camino recorrido, y tras otro encuentro con los hostiles, el grupo empezó a resquebrajarse, hasta el punto que la mitad decidió hacer noche en el puerto, al abrigo de unos agentes de seguridad portuaria, que como el resto del mundo en aquel pueblo dejado de la mano de Dios, no trabajaba ni éste último.

Los más valientes, decidieron continuar con el propósito de la expedición, que no era otro si no acampar. Encontraron un sitio fetén, al abrigo de miradas indeseadas y bien camuflados en la fría noche griega. Tras montar la tienda, volvieron a contactar con la otra parte de la expedición, que más tranquila, y con la compañía de una botellita de vermouth, acudieron alegres a la llamada.
La noche volvió a trascurrir sin sobresaltos, pero con mucho mucho frio.

A la mañana siguiente, continuarían las exploraciones para encontrar nuevos emplazamientos para el campamento base.

sábado, 28 de marzo de 2009

LOST IN BARI




Esta es la historia de cuatro jóvenes que se embarcaron sin saberlo, en una aventura, en un viaje de autodescubrimiento, de aprendizaje. Todo estaba “perfectamente” planeado, las rutas, los días, los medios de transporte. Esta era el plan. Y lo que vais a leer a continuación, lo que en realidad ocurrió.




1x01: Capitulo Piloto

Todo comenzó la mañana del 22 de marzo de 2009, en Roma, Italia. Habíamos quedado a las 9 en la estación de Tiburtina para coger un tren al aeropuerto, y luego, el vuelo que nos dejaría en Bari un poco más tarde de las doce. Una vez montados en el tren, tuvimos noticia de la última baja (sumando cuatro a la expedición.) Éramos cuatro, pero decididos y valientes, y provistos con sacos y tiendas de campaña nos disponíamos a partir hacia el sur para recorrer sus cálidas playas e inaugurar así el verano. Necios…

Una vez en Bari, tras un vuelo muy corto y sin incidencias, nuestra astucia se hizo patente al intentar alquilar un coche sin tarjeta de crédito y sin reserva previa. Para más inri, y demostrando una valentía que luego flaqueó en algunos, decidimos poner rumbo al puerto más próximo para montarnos en el primer ferry que partiera, alejándonos de una tierra carente por completo de interés, ahora que no teníamos coche.

Ese destino resultó ser un pueblo de Grecia llamado Igoumenitsa. Pero antes de llegar allí tendríamos que pasar todo el día en Bari. Tuvimos suerte, y las amables señoritas de la compañía de ferrys nos permitieron dejar todas las maletas en la oficina para poder visitar tranquilamente la ciudad. Vimos una fuente y el paseo marítimo. Ah y comimos una cosa típica de allí que no me acuerdo de cómo se llama.

Tras el elaboradísimo tour, dirigimos nuestros pasos hacia el puerto, donde nos sorprenderíamos de la poca pinta de estudiantes Erasmus que tenían nuestros compañeros de viaje… afortunadamente teníamos unos maravillosos camarotes donde dejar las maletas y donde dormir (quien pudo, porque el nuestro tenía el termostato destruido).

Tras una rápida cena en el restaurante y una visita rápida a la cubierta (donde la oscuridad de la noche abrazando a las tenebrosas aguas del Adriático atenazaba al corazón del más valiente) decidimos hacer uso de las literas del camarote como se debía. Ni duchas ni sueño, allí no había quién durmiera. Los vaivenes del barco hicieron que las dos personas que estábamos en el camarote tuviéramos que subir a cubierta a cerciorarnos de que el mar seguía abajo y el cielo arriba. Tamaña sorpresa la nuestra al salir, cuando descubrimos no solo que no solo nos equivocábamos en la disposición de cielo y tierra, si no que a las 5.30 de la mañana ya era de día. A tomar por culo ver amanecer en el mar. Volvimos a la camita, y nos despertamos justo para desembarcar alrededor de las 10 hora local (no es la misma que en España) en un pueblo en el que nos quedaban muchas cosas por pasar…