tercera entrega

La barbacoa tuvo lugar en una casa enorme en la que vivían belgas, un mexicano-belga y el australiano amigo de Kevin. La hospitalidad de nuevo fue reseñable y nos recibieron con platos nuevos para un servidor por lo menos, como carne de canguro, patatas al horno con leche y queso y lo típico de una barbacoa, aderezada con cerveza por supuesto.

Tras la barbacoa, a la que más tarde se añadieron dos chicas de Polonia y Bosnia, nos fuimos a de bares. Estábamos hechos polvo pero había que cumplir así que nos recorrimos Gante y acabamos en un garito llamado Tijuana, que nos sorprendió por la calidad musical que rezumaba. Como era fin de semana y Gante (Gent) es una ciudad eminentemente estudiantil, había poco ambiente, pero se agradeció, porque al día siguiente teníamos visita a Brujas y festival.

Sábado. Nos levantamos a las 11 o así y cogimos el tren a Brujas (Brugge). Esta ciudad era un poco diferente a Bruselas, pero preciosa también. A destacar el parque (aquí hay muchos espacios verdes, y cuando digo verdes, son verdes de verdad) y Brujas no se queda atrás.

En esta ciudad pudimos disfrutar de unas patatas fritas (anécdota) deliciosas y de unos edificios magníficos. Lo peor, que al ser una ciudad tan turística estaba muy llena de gente, pero aún así disfrutamos mucho con la experiencia. Este día también se nos unieron dos amigas de Kevin, esta vez de Turquía y Eslovenia. La noche caía y en la cabeza empezaban a sonar notas de Justice, Underworld y demás… El IloveTECHNO estaba cerca.

Cuando volvimos a Gante, la estación de metro rebosaba de gente, todos al mismo sitio, todos a la misma fiesta. La policía se esmeraba por controlar a la masa (que dicho sea de paso, no tiene nada que ver con la masa española) y por controlar el tráfico de drogas. De esta última acción fuimos víctimas directas, y nos tocó control de drogas. Afortunadamente, solo nos pasaron un perro para que nos olisqueara y no hizo falta más.

La hora se acercaba y teníamos que cenar.