Cronica del viaje

Son las 00:41 del miércoles 19 de noviembre y me dispongo a escribir una breve crónica de nuestro viaje a Bélgica.

Todo empezó el jueves 13 de Noviembre, a las 9 de la mañana salía nuestro avión, asique quedamos con César a las 7 menos cuarto, y por supuesto, llegamos tarde. Afortunadamente el embarque empezó con retraso y como no teníamos que facturar, todo fue muy sencillo.

Después de un vuelo de dos horas llegábamos a Charleroi, desde donde teníamos que coger un autobús que nos llevaría a Bruselas por 13 €. El autobús salía a las 12 así que tuvimos que esperar un rato en el aeropuerto. Finalmente llegamos a Bruselas, pero a la estación Gare Midi, así que tuvimos que andar mucho, colarnos en el metro y finalmente encontramos nuestro hotel.

Antes de hablar del hotel, me gustaría reseñar el metro de Bruselas, que es bastante lioso de controlar porque realmente no es solo metro, sino un montón de líneas de metro y tranvía subterráneo mezcladas y es un verdadero lío aclararse. Suerte que teníamos a César, que junto con Kevin, fueron los dos guías del viaje.
Volviendo al hotel, nos encontramos con que estaba en el mismo centro, cerca de una plaza preciosa rodeada de edificios a cual más bonito cada uno. Además teníamos cerca un Carrefour express (si, hasta allí llegan sus tentáculos) y un kebab que nos salvo un par de noches. Comimos algo en la habitación y nos fuimos a dar una vuelta por Bruselas, en espera de una noche Erasmus, que prometía, ya que conocíamos a una chica allí que nos iba a sacar de fiesta.

Como dije antes, César nos hizo de guía y gracias a sus conocimientos de arquitectura, pudimos disfrutar un poco más de una ciudad que de por sí, es increíble.

Pero claro, somos Erasmus, y no todo va a ser cultural. La noche caía, y mientras admirábamos la plaza del Groten MArkt iluminada, empezábamos a hacer planes para la noche.